Giancarlo Ferre
Gianfranco Ferre nació en Legnano, al norte de Italia, en 1944, en el seno de una familia de la burguesía industrial. Estudió arquitectura en la Universidad Politécnica de Milán pero no llegó a ejercer porque pudo en él más su amor por la moda. Creaba collares, brazaletes, cinturones, broches, etc, de gran belleza, en una mezcla entre accesorios y joyas que atrajeron la atención.
En esos años sesenta colaboró con nombres famosos en el sector de la bisutería de lujo como Walter Albini y Christiane Baily.
Amante de los viajes, la música y los dulces, Ferré viajó a la India y de esa experiencia 'inolvidable', según la calificó, nació su primera colección 'Ketch'.
En 1974 dio vida a 'Baila', de pret-a-porter femenino y poco después creó la línea masculina de accesorios bajo su nombre.
Decido ya por la moda abrió su propia firma en Italia. Su éxito en este país le valió la contratación por parte de la tradicional casa de alta costura francesa Christian Dior, en 1989, en sustitución de Marc Bohan, creador de las colecciones de dicha firma en los últimos treinta años.
Su contratación desató polémicas y críticas por parte de críticos de moda que denunciaban la extravagancia de su estilo. Sin embargo, en la presentación de su primera colección otoño-invierno en julio de 1989, Ferré optó por la continuidad del estilo Dior, reafirmando una clásica sofisticación basada en tejidos lujosos, encajes y líneas ajustadas al cuerpo.
La citada colección le valió el premio 'Dedal de Oro', tras vencer al español Paco Rabanne. Dicho galardón es otorgado dos veces al año por un jurado de periodistas internacionales, que premia la mejor colección de la temporada. Ello supuso la consagración de Ferré por la alta costura francesa.
El 8 de octubre de 1996, dirige su último desfile con la firma Dior. El 31 de diciembre de 1996, concluye su contrato con la firma francesa, donde será sustituido por John Galliano. En esos siete años, había simultaneado sus responsabilidades como director artístico de Christian Dior y como diseñador de varias líneas de pret-a-porter y accesorios que llevan su nombre.
Además, continuaba colaborando con C. Dior como responsable de la exposición '50 años de Dior', que se celebró en el Metropolitan de Nueva York en 1997, y del libro que se editó con este motivo.
Por otra parte, su nombre figuraba entre los modistos imputados del proceso abierto en 1996 ante el Tribunal de Milán, acusados de presunta corrupción por el supuesto pago de comisiones en 1990 a agentes de la Guardia de Finanzas e inspectores fiscales para evitar controles tributarios en sus empresas.
En mayo de 1997 fue condenado en primera instancia a 1 año de cárcel por esta causa si bien el tribunal le dejó en libertad al resarcir el daño causado. En enero de 1998 el Tribunal de Apelación de Milán lo absolvió junto a la otras siete personalidades condenadas del mundo de la moda.
En marzo de 2002 la firma de Ferre pasó a ser controlada por el grupo It Holding por una cantidad de 161,7 millones de euros tras pasar el diseñador serias dificultades financieras.
Según sus colaboradores, actualmente estaba ilusionado preparando la próxima colección de moda masculina, que no verá desfilar. Muy disciplinado en su trabajo, no lo era tanto, según sus amistades y la prensa local, con la comida, ya que era un amante de los dulces y era diabético.
El 17 de junio de 2007 sufrió un derrame cerebral, diez años después de la muerte de otro grande de la moda: Gianni Versace.
Tras conocer su muerte, sus colegas del mundo de la moda le calificaron como un 'verdadero artista', 'la reencarnación de Dior', 'la dignidad y la coherencia' y uno que llevó el 'made in Italy' por el mundo.
'Ferré era uno de los más grandes talentos de la moda italiana y una de las personas más dulces y reservadas de la moda en el mundo', afirmó el modista Valentino, mientras que Armani, resaltó su 'sentido de la responsabilidad' y Donatella Versace dijo que desaparece un 'caballero de otros tiempos, un inventor de las formas, que creaba una moda grandiosa e impecable al mismo tiempo'.
Gianfranco Ferre nació en Legnano, al norte de Italia, en 1944, en el seno de una familia de la burguesía industrial. Estudió arquitectura en la Universidad Politécnica de Milán pero no llegó a ejercer porque pudo en él más su amor por la moda. Creaba collares, brazaletes, cinturones, broches, etc, de gran belleza, en una mezcla entre accesorios y joyas que atrajeron la atención.
En esos años sesenta colaboró con nombres famosos en el sector de la bisutería de lujo como Walter Albini y Christiane Baily.
Amante de los viajes, la música y los dulces, Ferré viajó a la India y de esa experiencia 'inolvidable', según la calificó, nació su primera colección 'Ketch'.
En 1974 dio vida a 'Baila', de pret-a-porter femenino y poco después creó la línea masculina de accesorios bajo su nombre.
Decido ya por la moda abrió su propia firma en Italia. Su éxito en este país le valió la contratación por parte de la tradicional casa de alta costura francesa Christian Dior, en 1989, en sustitución de Marc Bohan, creador de las colecciones de dicha firma en los últimos treinta años.
Su contratación desató polémicas y críticas por parte de críticos de moda que denunciaban la extravagancia de su estilo. Sin embargo, en la presentación de su primera colección otoño-invierno en julio de 1989, Ferré optó por la continuidad del estilo Dior, reafirmando una clásica sofisticación basada en tejidos lujosos, encajes y líneas ajustadas al cuerpo.
La citada colección le valió el premio 'Dedal de Oro', tras vencer al español Paco Rabanne. Dicho galardón es otorgado dos veces al año por un jurado de periodistas internacionales, que premia la mejor colección de la temporada. Ello supuso la consagración de Ferré por la alta costura francesa.
El 8 de octubre de 1996, dirige su último desfile con la firma Dior. El 31 de diciembre de 1996, concluye su contrato con la firma francesa, donde será sustituido por John Galliano. En esos siete años, había simultaneado sus responsabilidades como director artístico de Christian Dior y como diseñador de varias líneas de pret-a-porter y accesorios que llevan su nombre.
Además, continuaba colaborando con C. Dior como responsable de la exposición '50 años de Dior', que se celebró en el Metropolitan de Nueva York en 1997, y del libro que se editó con este motivo.
Por otra parte, su nombre figuraba entre los modistos imputados del proceso abierto en 1996 ante el Tribunal de Milán, acusados de presunta corrupción por el supuesto pago de comisiones en 1990 a agentes de la Guardia de Finanzas e inspectores fiscales para evitar controles tributarios en sus empresas.
En mayo de 1997 fue condenado en primera instancia a 1 año de cárcel por esta causa si bien el tribunal le dejó en libertad al resarcir el daño causado. En enero de 1998 el Tribunal de Apelación de Milán lo absolvió junto a la otras siete personalidades condenadas del mundo de la moda.
En marzo de 2002 la firma de Ferre pasó a ser controlada por el grupo It Holding por una cantidad de 161,7 millones de euros tras pasar el diseñador serias dificultades financieras.
Según sus colaboradores, actualmente estaba ilusionado preparando la próxima colección de moda masculina, que no verá desfilar. Muy disciplinado en su trabajo, no lo era tanto, según sus amistades y la prensa local, con la comida, ya que era un amante de los dulces y era diabético.
El 17 de junio de 2007 sufrió un derrame cerebral, diez años después de la muerte de otro grande de la moda: Gianni Versace.
Tras conocer su muerte, sus colegas del mundo de la moda le calificaron como un 'verdadero artista', 'la reencarnación de Dior', 'la dignidad y la coherencia' y uno que llevó el 'made in Italy' por el mundo.
'Ferré era uno de los más grandes talentos de la moda italiana y una de las personas más dulces y reservadas de la moda en el mundo', afirmó el modista Valentino, mientras que Armani, resaltó su 'sentido de la responsabilidad' y Donatella Versace dijo que desaparece un 'caballero de otros tiempos, un inventor de las formas, que creaba una moda grandiosa e impecable al mismo tiempo'.